miércoles, 11 de junio de 2014

Siete Peñas sobre ondas: Viera y Clavijo y el emblema heráldico de Canarias



Siete peñas sobre ondas: 
Viera y Clavijo y el emblema heráldico de Canarias [1]
Juan Gómez-Pamo y Guerra del Río



La comunidad autónoma de Canarias cuenta con escudo heráldico oficial a partir de 1982. Sus orígenes formales pueden rastrearse desde el siglo XVI, ya que en ese momento nació en la corte para ceremonias relacionadas con el poder real. Hasta mucho tiempo después de su creación no tuvo un uso efectivo en las Islas. Su aparición está asociada al Reino de las Islas de Canaria que forma parte de la titulación de los Reyes de España. En sus inicios el uso de ese emblema estaba limitado exclusivamente al entorno regio, no conocemos referencias a que haya sido utilizado en las islas. Las únicas instituciones civiles que disponían de armerías en el Archipiélago eran los Cabildos de las islas de realengo, Gran Canaria, Tenerife y La Palma, los obispos usaban sus armas personales, de la misma manera que los capitanes generales y los titulares de las islas de señorío. Por supuesto, las armas reales también se ostentaban en lugares públicos, pero sin referencias al Reino de las Islas de Canaria porque eran las mismas armerías que podían verse en otros lugares de la Corona de Castilla.

El interés por el origen y la evolución del emblema canario no parece documentado entre los autores isleños hasta el siglo de las Luces. En ese contexto, el primero que aporta noticias fehacientes es Francisco Xavier Machado Fiesco [2] y le sigue José de Viera y Clavijo [3]. En fechas más recientes se han ocupado atinadamente de esta cuestión Félix Martínez Llorente [4], José Manuel Erbez Rodríguez [5] y Juan José Sánchez Badiola [6].

Francisco Javier Machado Fiesco. Autógrafo



Las Islas de Canaria, un Reino sin emblema heráldico



Armas de los Reyes Católicos
El propio Viera sustenta que a las Islas le correspondía un escudo de armas por ser un reino, el Reino de las Islas de Canaria [7]. Así aparece citado en el título largo de los monarcas españoles desde que se incorpora al dictado de los Reyes Católicos, en el que figura al menos desde marzo de 1492 y antes de que finalizara la conquista total de las islas después de la rendición de Granada. En algunos documentos el reino de Granada y el de las islas de Canaria se colocan después de los demás reinos y antes de los condados y señoríos, pero la forma que se consagrará es situar a Granada entre Sicilia y Toledo, y el reino de las Islas de Canaria entre Gibraltar y el condado de Barcelona. Según la fórmula generalizada en los documentos de la cancillería de Fernando e Isabel estos figurarán como rey y reina de las Islas de Canaria [8].

Al final del reinado de los Reyes Católicos, la expresión  de dominio de su intitulación regia era la siguiente: Don Fernando y Doña Isabel, Rey y Reina de Castilla, de Aragón, de León, de las dos Seçilias, de Iherusalem, de Granada, de Toledo, de Valençia, de Gallizia, de Mallorcas, de Sevilla, de Cerdenna, de Cordova, de Corçega, de Murçia, de Jahen, de los Algarves, de Algezira, de Gibraltar, de las Yslas de Canaria e de las Yndias, tierra firme del Mar Océano, condes de Barcelona, sennores de Vizcaya e de Molina, duques de Athenas e de Neopatria, condes de Ruysellon y Çerdania, marqueses de Oristan e de Goçeano [9]. El hecho de la adopción de la nueva titulación real con anterioridad a la conquista de La Palma ya fue advertido por Viera, al mencionar de forma explícita que Fernando el Católico se confirmó con la rendición de la Palma, en el título de Rey de las Islas de Canaria, de cuyo epíteto ya había usado [10].


En muchas manifestaciones cortesanas, cortejos procesionales, entierros reales, ceremonias de entrada a las ciudades, alegorías de la majestad real, etc., en las que se requería que figuraran imágenes que correspondieran a los distintos títulos de dominio de la Monarquía Hispánica, se incorporaban representaciones emblemáticas de los variados epígrafes del dictado regio. Se utilizaban para ello elementos del escudo real, como los emblemas heráldicos de los reinos de Castilla, León o Aragón; y también otras armerías que no figuraban en el escudo, pero sí en el dictado de los soberanos como los emblemas de los reinos de Galicia, Sevilla o Toledo, que tenían armas propias que no se habían incorporado al escudo de la Corona [11]. El nuevo Reino de Canarias carecía de emblemas privativos y, por tanto, sus primeras representaciones conocidas se crearon para ese fin ceremonial o alusivo, como elementos decorativos en ceremonias relacionadas con la persona del Rey. Con ese mismo sentido aparecen también en representaciones alegóricas de los monarcas en las que sus estados se manifestaban visualmente con la colocación de sus emblemas heráldicos.


Un ejemplo paradigmático del referido uso de los emblemas como correlato visual de los títulos regios lo constituye un grabado que incluye un retrato de Felipe II con las armerías de sus estados. Entre la efigie regia y los escudos que figuran bajo ella se ha colocado una filacteria sostenida por putti que aclara el sentido de este retrato alegórico del poder real: Philippi titulis regnis et insignib. sacrum. La lámina fue dibujada por  Antonio Campi, grabada por Agostino Carracci y está datada en 1585. El escudo correspondiente a Insularum Canariae aparece en blanco [12]. Los autores no encontraron el emblema de las Islas por una razón muy simple, porque no existía, no había sido creado.


En algún caso se recurre a un emblema  preexistente, atribuido a reyes legendarios [13], que incluía un elefante y un leopardo [14]. Así aparece en el escudo del reino de Canaria que figura junto a los de los otros dominios reales en una ilustración alegórica del matrimonio entre Juana la Loca y Felipe el Hermoso y que pudo verse en la exposición dedicada al emperador Carlos V en 2000. Este mismo emblema figura en otro armorial como las armas del reino de Tierra Firme [15]. En un manuscrito de fines del siglo XVI, conservado en la colección Salazar y Castro de la Real Academia de la Historia, las armas del Reino de Canarias se describen como escudo de oro con tres cañas de azúcar de sinople y un can atrauesado de púrpura con collar de oro [16].




Las siete islas, el emblema cortesano



El emblema que definitivamente se convertiría en el siglo XIX en el escudo oficial de la provincia única de Canarias y, ya en el último cuarto del siglo XX, de la comunidad autónoma, tuvo el mismo origen cortesano que los ya mencionados. Las siete islas representadas dos, dos, dos y una, sobre el mar, el escudo sostenido por dos canes y timbrado por una corona sumada de una cinta que porta la palabra Océano representa el final de un camino. Esa disposición de las piezas del emblema queda fijada al representarse en el inicio de las Noticias de Viera. El arcediano de Fuerteventura no decidió ese modelo sin antes documentarse y está claro que recurrió a la persona indicada. Entre el brillante grupo de canarios que se encontraba en Madrid durante el reinado de Carlos III figuraba un prestigioso y culto magistrado, el lagunero Francisco Javier Machado Fiesco, que había acudido a la corte como mensajero del Cabildo tinerfeño y llegó a ser ministro y contador general del Real y Supremo Consejo de Indias. Machado había presentado al Rey un memorial para el que se documentó sobre la historia de las Islas y sus derechos, asimismo había redactado en 1759 un Plan que sobre monedas de plata y vellón para provinciales de las islas de Canaria [17], documento en el que se aprecia su gran erudición a la hora de argumentar la justificación para que el reverso de la moneda propuesta llevase el escudo de Canarias.


José Peraza de Ayala ofrece una semblanza de Machado: Como diputado y mensajero de Tenerife a la Corte de Su Majestad presentó un memorial sobre el estado infeliz de las islas, debido a las condiciones en que se desarrollaba su comercio, el cual fue llevado a dicho Consejo [de Indias] en 1762, uniéndose después al expediente que se formó con otras representaciones e informes que dieron por resultado que se dictara la Real Cédula de 24 de julio de 1772, en que se otorgó a Canarias las ventajas del Decreto de 1765 sobre libertad de comercio a las islas de Barlovento desde varios puertos de España. También presentó al Monarca el Mapa General de las Islas Canarias, con una relación compendiosa de todas ellas, en que se describía su situación geográfica-histórica en todos sus múltiples aspectos por los años de 1762 [18].

Francisco Javier Machado Fiesco: Escudo de Canarias
Juan Gómez de Mora: Armas de los reinos de España  

Francisco Javier Machado Fiesco en el mencionado Plan de 1759 defiende que


siendo también las Islas de Canarias un Reino de los de la Corona de España y teniendo como tal sus armas, sean estas el distintivo que se ponga a sus monedas provinciales; y añade que son dichas armas de las Islas de Canarias un escudo con su corona de Reino, y en él siete Islas de plata sobre ondas azules y en el jefe de dicho escudo unas letras de oro que dicen OCEANO.


Que las dichas Islas han tenido desde lo antiguo y tienen título de Reino no es dudable, cuando los mismos Reyes de España lo expresan en todos los encabezamientos de sus Reales Cédulas intitulándose Rey de las Islas de Canarias: lo que hace excusar el que se citen más autores antiguos que los testifican. Pero en cuanto a que sus Armas son las que se han expresado, no se puede omitir el citar algunos autores fidedignos que uniformemente lo comprueban:


Juan Gómez de Mora en su obra titulada Auto de Fe celebrado en Madrid año de 1632, e impresa en el mismo lugar y año en 4º, trae una lámina de los escudos de Armas de los Reinos y principales Ciudades de España entre las cuales se halla el del Reino de las Islas de Canarias representado en la forma dicha [19].


En el Memorial, manuscrito en folio que presentó al Rey Don Felipe 4º Don Juan Alonso Calderón, oidor de Granada, sobre sus 4 tomos del Compendio de la Monarquía de España también se encuentran dichas Armas en relación. Y finalmente, para omitir prolijidad, Don Miguel de Salazar, Cronista Mayor de Don Felipe 4º y su Capellán de honor, en su formulario Ms. al folio 10 trae por armas del dicho Reino de Canarias las mismas que se han expresado. Y este autor lo registró por las concesiones de los Reyes [20].


Francisco Valonga: Escudo de Canarias
La primera representación conocida de los elementos que se fijarían en el escudo de Canarias que encabeza las Noticias de Viera, las siete islas en el mar y la palabra océano, figuran en una lámina de la citada obra de Gómez de Mora. Hemos podido consultar una copia de esa obra proporcionada por el investigador Juan Tous Meliá, a quién se debe la localización de numerosos mapas y documentos que han sido fundamentales a la hora de establecer un itinerario visual de este emblema y que además ha publicado algunos de ellos con atinadas observaciones. La imagen está firmada en 1632 por Francisco Navarro, grabador que trabaja en Madrid entre los años 1632-1642 ilustrando portadas de importantes y conocidos libros de la primera mitad del siglo XVII [21]. Representa un árbol coronado por una cruz y de cuyas ramas penden los escudos de los tribunales del Santo Oficio, a la izquierda los que forman parte de la Corona de Castilla y a la derecha los dependientes de la Corona de Aragón. En la base del árbol figura el emblema inquisitorial y, a cada lado, los de las coronas mencionadas situados debajo de los escudos de sus tribunales respectivos. Cada uno de estos lleva encima una cinta o filacteria con el nombre del tribunal. El propio autor nos aclara el sentido de la imagen: Los tribunales que están debajo de la obediencia del inquisidor general y su consejo se dividen en dos Coronas. Una en la Corona de Castilla y otra en la de Aragón  como se manifiesta en el árbol que está dos hojas después de esta, con las armas de cada Reino, o ciudad donde está el santo tribunal [22]. Alude al tribunal insular entre los que pertenecen a la Corona de Castilla: en las islas de Canaria, que son siete, en la Gran Canaria.


En la parte alta de la lámina una cinta acoge el lema: folia ligni ad sanitatem gentium,  ―las hojas del árbol para sanidad de las gentes―, clara alusión al árbol de la vida que menciona el Apocalipsis.


En esta primera imagen del escudo de Canarias aparecen las siete islas ordenadas dos, dos, dos y una sobre un mar figurado y una faja en el jefe o parte superior del escudo, no está la palabra océano que más tarde aparecería en jefe, en punta o en una cinta sobre el escudo.


La obra manuscrita de Francisco Valonga y Gatuellas, conservada en la citada colección Salazar y Castro y dedicada a Felipe IV, describe las armas del reino de Canarias: siete islas en medio de un mar y con una letra abaxo de oro que dize Oceani. Como señala Félix Martínez Llorente [23], las islas están representadas en planta y no en alzado, dispuestas tres, tres y una, la palabra Oceani figura en la punta o parte inferior del escudo [24]. Rodríguez de Monforte en su Descripción de las honras… de Felipe IV ofrece otra variante: cinco islas asoman por los flancos del escudo, dos y tres, en punta Océano [25].

Rodríguez de Monforte: Descripción de las honras…
Dámado de Quesada Cháves: Mapa de Canarias

El mencionado Plano de 1762 de Machado Fiesco incluye la representación de un escudo en cartucho con las siete islas dispuestas dos, dos, dos y una y en jefe la palabra océano [26], Repite su conocida argumentación: Tienen estas islas título de Reino, y como tal usan por armas, todas en general las que manifiesta el escudo que se ve en lo alto de este mapa  [27].


Dámaso de Quesada y Chaves, contemporáneo de Machado y de Viera, anota en su mapa lo siguiente: Este escudo es del Reino de las Canarias 7 islas de plata sobre ondas de mar azul y blancas y la faja blanca en lo alto que simboliza ser Reino feudatario y en el Jefe del escudo unas letras que dicen océano de Oro [28]. Tous Meliá ha señalado que esas mismas armas fueron utilizadas también en el frontispicio de la Historia de Don José Viera y Clavijo, a la que le añadió dos canes [29].


El mismo Quesada en su manuscrito Canaria ilustrada y puente americano, fechado en 1770, argumenta: Fueron siempre reputadas por un Reino estas islas […] y como tal reino se le dio por escudo siete islas de Plata en fondo de ondas de mar azul en lo alto una faja de plata  y corona de oro orlada con 6 letras de oro Océano [30].

 
Dámado de Quesada Cháves:: Escudo de Canarias

Los elementos principales del escudo del reino de Canarias o de las islas de Canaria ya están definidos: las siete islas, representadas en planta o en alzado, situadas en medio del mar, la palabra océano en una filacteria o en el interior del escudo. Observamos variadas maneras utilizadas para disponer los mismos elementos. Esa misma indefinición de sus pautas de representación nos indica que no había una transmisión visual de la imagen, se trata de distintas interpretaciones de su descripción escrita.


El modelo de Viera, un emblema para Canarias


Los mismos antecedentes eruditos que aporta Machado los menciona Viera al ocuparse del escudo de Canarias en sus Noticias, aunque incurre en un pequeño error al llamar García de Mora a Gómez de Mora, tal y como ha señalado Sánchez Badiola [31] Expone la argumentación ya desarrollada por Machado: Las antiguas Afortunadas ―las Canarias― son Reino. Su Escudo de armas representa en siete peñas sobre ondas azules las siete Islas, con corona Real, y en el jefe unas letras de oro que dicen Océano.


Prosigue en nota:


Así consta de la obra de Juan García de Mora intitulada: Auto de Fe celebrado en Madrid año de 1632, impresa en 4, con una lámina de las Armas de los Reinos y principales Ciudades de España. Lo mismo del Manuscrito en folio que Don Juan Alonso Calderón presentó a Felipe IV, compendiando la Monarquía de España. Y lo mismo del Formulario Ms. de Don Miguel de Salazar, Cronista mayor del referido Príncipe, al fol. 100, quien tuvo a la vista todas las Reales concesiones.


Así, se había equivocado sin duda Othon Trusches en su libro de los Escudos de Armas de los Dominios de la Casa de Austria, que curiosamente escrito y bien iluminado en vitela, regaló al Emperador Carlos V el Cardenal de Santa Sabina, y se conserva en la Real Biblioteca de S. Lorenzo del Escorial. Pone pues a nuestras Canarias un Escudo campo de plata con una faja diagonal azul, que representa el Zodiaco, cuyos signos de Escorpión Libra y León, tres estrellas, y corona sin imperiales, son de oro; y a la izquierda de la parte inferior un Rinoceronte blanco [32].


Viera menciona al que fuera príncipe obispo de Ausburgo, Otto Truchsess von Waldburg, de la familia de los grandes senescales ―en alemán Truchsess―  hereditarios del imperio, cardenal de Santa Sabina [33].

 
José de Viera y Clavijo: Escudo de Canarias

Las novedades fundamentales del escudo que encabeza las Noticias de Viera consisten en que las siete islas ocupan solas el campo del escudo; la palabra océano figura, no en jefe ni en punta de aquel, sino en una cinta sumada a la corona real; y, por último, la elección de dos canes como soportes del escudo. La composición resultante gana en equilibrio y armonía, los perros permiten un recuerdo a la etimología más aceptada sobre el nombre de las Islas y establecen una asociación rápida entre la imagen del animal y el nombre de Archipiélago.  


La divulgación de la obra histórica de Viera y su prestigio como referencia fundamental sobre el pasado insular contribuye a que el escudo allí representado se convierta en el emblema no oficial de Canarias. No lo utilizaba todavía ninguna institución, pero es percibido como una imagen que agrupa y representa a todas las Islas.


El mapa que dedica Tomás López a la isla de Gran Canaria, fechado en 1780, lleva todavía un escudo en el que figuran las siete islas, sin soportes, ni corona, ni lema. La creciente consideración que alcanzaba el diseño que ilustra las Noticias como escudo propio del Archipiélago queda reflejada en su utilización por el cónsul D’Hermand en su Carte de las islas de 1785 [34], y por el mapa de José Trinidad de Herrera para el Seminario Enciclopédico en 1786 [35]. Durante mucho tiempo la principal fuente de información sobre Canarias que cualquier lector tenía a su alcance era la obra de Viera, convertida en el texto canónico sobre las Islas. Noticias para la historia de las islas de Canaria era, en realidad, una enciclopedia de todo el saber sobre Canarias, ordenado y expuesto a la manera ilustrada. No es de extrañar, pues, que el emblema que figuraba al comienzo de sus páginas quedara consagrado como la representación heráldica del Archipiélago.

D’Hermand: Carte et vue des Iles Canaries


Su prestigio y difusión favorecieron que cuando se creó una institución cuyo ámbito jurisdiccional abarcaba todo el Archipiélago se recurriera, con mínimas variantes, al emblema utilizado en la obra de Viera. La Diputación Provincial de las Islas no adoptó el emblema del Real Consulado que incluía las armas de la Corona de Castilla, sino la versión de Viera, mucho más conocida y ya consagrada.

Tomás López: Isla de Gran Canaria



Los escudos oficiales, el emblema institucional



La presencia de ese escudo de armas en los preliminares de la obra fundamental de Viera, lo convierte a los ojos de los lectores en la representación emblemática por excelencia del Archipiélago. Al crease instituciones con jurisdicción sobre todas las Islas de forma natural se adoptan esas armas que ya eran percibidas como el escudo de Canarias por las personas cultivadas que se habían acercado a su contenido.

Fray Antonio Hernández Bermejo: Escudo del Real Consulado de Canarias


Real consulado de Canarias



El Real Consulado de Canarias es la primera institución que adopta oficialmente unos emblemas heráldicos que recogen las piezas del escudo de Canarias. Hasta ese momento solo había tenido un uso alegórico, primero en el contexto cortesano y más tarde en mapas y escritos de estudiosos.


Esta corporación se crea por una Real Cédula de 1786, que dedica su apartado LV al emblema heráldico: Tratamiento y blasón del Consulado. Tendrá este Cuerpo el tratamiento de Señoría, y por blasón el escudo de las islas Canarias, y la orla con figuras alusivas a su instituto, del que usará también para el sello de oficio, y portadas de sus casas [36]. No describe el escudo, la obra de Viera había consagrado ya el que reproduce en sus Noticias como indiscutido emblema de las Islas. Fray Antonio Hernández Bermejo es el autor del escudo grande de Carlos III que figura en la portada de la Real Cédula [37] y de un hermoso dibujo de blasón del Real Consulado que sigue el modelo aducido de Viera [38].

Sello de lacre del Real Consulado de Canarias

Un sello de lacre de la nueva institución nos muestra un escudo ovalado con seis islas dispuestas alrededor de una central, de mayor tamaño y con un pico. Una bordura lleva la siguiente leyenda: Real Consulado de Tenerife y demás Islas Canarias 1787. Está sostenido por dos canes de un diseño estilizado. El prebendado Pereira Pacheco incluye las Armas del Real Consulado establecido en 29 de febrero de 1787 en sus planos de la ciudad de la Laguna de 1831 y 1855 [39].


Existe otra versión del emblema del Real Consulado de Canarias, que combina las piezas tradicionales con las armas reales de Castilla. En un escudo ovalado figuran las siete islas en el mar, puestas una, dos, dos y dos, y en escusón las armas de la corona de Castilla, el cuartelado de Castilla y León. La palabra océano está escrita en una filacteria sumada a la corona. En este caso la isla situada en la parte superior se representa a mayor tamaño que las demás y con un pico pronunciado, como la central del sello de lacre, en clara alusión ambas a la isla de Tenerife, sede de la corporación.


La primera ocasión en que el emblema heráldico canario hubiese figurado en un espacio público habría sido sobre el arco de entrada de la Alameda de la Marina ideada por Amat y Tortosa en 1787, finalmente se prefirió coronarlo con las armas reales. José de Béthencourt Castro [1757-1816] proyectó un edificio en 1791 como sede del Consulado. Sus planos los dio a conocer el profesor Hernández Gutiérrez, quien menciona la presencia en su pórtico de entrada de los escudos reales, el de Canarias y el de la institución [40]. En el plano se aprecia un escudo que lleva el cuartelado de la Corona de Castilla y ocupa el paramento sobre la puerta principal, entre dos ventanas laterales. Bajo ellas y sobre unas puertas de menor tamaño que la central distinguimos dos escudos, probablemente gemelos, que corresponderían al Real Consulado [41].


 
Francisco Granados Calderón: Escudo de Canarias
 
La Diputación Provincial



Cuando se produce la división provincial de 1833 y se crea la provincia de Canarias, la recién creada Diputación Provincial adopta el escudo que figura en la obra de Viera. El Boletín Oficial de Canarias, medio de difusión del nuevo organismo, incluye en su cabecera un emblema que sigue fielmente el modelo difundido por el historiador de las Islas. Se confeccionan reposteros y distintos elementos y piezas del mobiliario en los que figura el emblema isleño, como en el remate del dosel, tallado en madera estucada y dorada de su salón principal. Francisco Granados Calderón realizó en 1901 el escudo situado en la fachada de la sede de la Diputación [42], actualmente del Parlamento de Canarias.


José Agustín Álvarez Rixo refiere que en 1828, durante su etapa como alcalde del Puerto de la Cruz y para ornato de las salas consistoriales de esta localidad, había donado un cuadro grande con el escudo de armas de estas Islas [43]. Se ha relacionado con este autor un grabado calcográfico coloreado, realizado a partir del escudo de Viera, que se reprodujo en la edición de 1996 de la obra sobre fortificaciones del general Pinto de la Rosa [44].


Las armerías corporativas de la Diputación se encuentran representadas en edificios oficiales de Santa Cruz de Tenerife, la capital provincial. El antiguo Hospital Civil, actual Museo de la Naturaleza y el Hombre, ostenta en su fachada las armas insulares que campean en un escudo ovalado, timbrado de corona mural. El general Weyler encargó al pintor Gumersindo Robayna la decoración del salón del trono del Palacio de la Capitanía General de Canarias, en la plaza del Príncipe de esa ciudad. El artista realizó una serie de pinturas murales con un completo programa heráldico, en lo que la profesora Carmen Fraga ha denominado una iconografía simbólica del Estado [45]. Se trata de doce escudos flanqueados por figuras alegóricas, correspondientes a los emblemas heráldicos de España, en dos ocasiones, la Corona de Castilla, Canarias, Santa Cruz de Tenerife y cada una de las siete islas. El escudo que porta el emblema del Archipiélago, timbrado también de corona mural, descansa sobre el lomo de un perro [46].

José Agustín Álvarez Rixo: Escudo de Canarias
Barker Webb y Berthelot: Escudo de Canarias

En la ciudad de Las Palmas existen contadas figuraciones del emblema provincial. Los escudos sostenidos por leones que rematan algunos pilares de la verja del palacio del Gobierno militar en el parque de San Telmo sirven de ejemplo.

 
Teodomiro Robayna: Escudo de Canarias

Gregorio Chil y Naranjo: Escudo de Canarias
Asimismo continúa su uso como emblema territorial de las Islas, no como distintivo de una corporación sino como imagen que representa al Archipiélago. Con ese sentido figura el escudo, con numerosas variantes, en el frontispicio o entre las ilustraciones de libros y publicaciones periódicas. Los ejemplos en esa línea son numerosos: la obra de Webb y Berthelot [47], la Guía de Zufiría y Monteverde [48], la nueva edición de La Isleña de las Noticias de Viera [49], las Cartas de Nougués y Secall [50], la Crónica de Giménez Romera [51], los Estudios de Chil y Naranjo [52], La Ilustración de Canarias, revista quincenal que se publicó en Santa Cruz de Tenerife entre 1882 y 1884, etc. El histórico Diario de Avisos, que comenzó a publicarse el 1 de julio de 1890 en Santa Cruz de La Palma, llevó por algún tiempo en su cabecera el escudo de Canarias. El Boletín de la Cámara Oficial de Comercio, Industria y Navegación de la Provincia de Canarias, publicado desde 1912, llevaba dos escudos acolados, el del Reino de España, en su versión de cuartelado de Castilla y León, con las flores de lis borbónicas en escusón, y el de la provincia de Canarias, ambos cubiertos por el manto real. El repertorio clásico de Paluzie incluye las armas provinciales canarias [53].

 
Nougues y Secall: Escudo de Canarias
Zufiría y Monteverde: Escudo de Canarias
Boletín Oficial de Canarias 1936
 

A pesar de esta difusión, el emblema canario no ha sido siempre bien conocido en otros ámbitos y en algunos repertorios de carácter nacional se recurre al emblema heráldico de la capital de la provincia para ocupar su lugar. En ocasiones, incluso, al escudo del antiguo concejo de la isla de Tenerife, usado posteriormente por el Ayuntamiento de La Laguna. El pintor Francisco Aznar realizó cinco lienzos para decorar el salón de conferencias del Congreso de los Diputados de Madrid, en torno a la séptima década del siglo XIX. El titulado Alegoría de Canarias muestra siete mujeres jóvenes, tres en primer plano, sentadas en la orilla del océano, tocadas de coronas murales, y cuatro en segundo plano, con el agua del mar a la cintura. Al fondo se representa al Teide humeante, la figura sedente central se apoya en un escudo ladeado en el que se distinguen los emblemas del antiguo Cabildo de Tenerife, concedidos por la reina Doña Juana en 1510. En una colección de postales ilustrada con escudos de provincias, ejecutados por el dibujante modernista Josep Triadó Mayol, se escogió el emblema de la capital tinerfeña.

Francisco Boronat: Escudo de Canarias
Anónimo: Escudo de Canarias
Josep Triadó Mayol: Escudo de Canarias

En el campo de la cartografía se realizaron repertorios de mapas y planos de provincias y ciudades a los que se incorporaban sus emblemas heráldicos, lo que contribuyó a que fueran más conocidos. Un ambicioso proyecto titulado España Geográfica Histórica Ilustrada consistía en un atlas cuyas cuarenta y nueve láminas, con mapas de José Reinoso, se publicaron a lo largo de las últimas décadas del siglo XIX por Francisco Boronat y Satorre. Representaban las diversas provincias de España, incluían información histórica y geográfica, vistas, figuras alegóricas y el escudo provincial. La lámina dedicada a Canarias muestra el emblema tradicional de las Islas, sin soportes y timbrado de corona real sumada de una cinta con el lema Océano. La colección España Regional, en la que participaron Benito Chías y Carbó, Ceferino Rocafort y Casimiro Dalmau, ofrecía dos hojas diferentes, editadas en torno a 1904. La primera representaba las islas de La Palma, Gomera, Hierro y Tenerife, la segunda las islas de Gran Canaria, Lanzarote y Fuerteventura. Tanto en una como en otra hoja el escudo que figura es el de la capital provincial: Santa Cruz de Tenerife.

Tomás Gómez Bosch: Alfombras de flores con escudos. La Orotava

El horizonte se amplió de tal manera que el emblema canario comenzó a aparecer en campos a los que, hasta estos momentos, no había tenido acceso. Se representa en las alfombras de flores que se elaboran para la festividad del Corpus Christi en La Orotava, en 1915 figuraba en una composición junto con el escudo real y el de la Villa. El conde de Zamora de Riofrío, Mariano Utrera Cabezas, encargó al artista Cirilo Suárez Moreno un ex libris en el que aparece Clío, la musa de la Historia. En el borde inferior izquierdo de la composición representó de forma esquemática un escudo con las siete islas [54]. El mismo año el escultor Perdigón realizó un boceto en yeso patinado del retrato de Viera, con la armería insular en su base. En alguna fachada del casco histórico de la Laguna existen aún placas de la Aseguradora Española con el escudo insular. Este se representa en coleccionables como en la imagen, realizada en torno a 1930, donde aparece con un diseño que sigue la estética art déco, escoltado por una pareja con vestimenta tradicional y el Teide a sus espaldas. La fábrica de cigarros La Reforma, de Agustín Viera, en Las Palmas, utilizó en sus envoltorios y etiquetas una composición en la que figuraba un retrato del propietario y los escudos acolados del Reino de España y la Provincia de Canarias, timbrados de una sola corona real. Tabacos Ucanca también decoró con el emblema insular sus vitolas.

Crilo Suárez Moreno: Ex LIbris de Mariano Utrera Cabeza
Anónimo: Escudo de Canarias

Al producirse la división provincial de 1927 decae su función como escudo heráldico oficial común a todas las Islas, pero continúa con gran vitalidad su utilización emblemática o alegórica para representar al conjunto del Archipiélago. Algunos de los ejemplos más notables de su uso se realizan fuera de las Islas, relacionados con las asociaciones de emigrantes canarios en Cuba, Venezuela y Argentina, que lo adoptan como emblema no ya solo del territorio isleño, sino de todos los canarios allí donde se encuentren. Figura en la cubierta del Reglamento general de la Asociación Canaria de Beneficencia, Instrucción y Recreo, de La Habana, editado en torno a 1906 [55]. La revista Canarias, editada en Buenos Aires entre 1914 y 1955, lucía en su cubierta un escudo que trae las siete islas y, en jefe, el sol naciente que timbra el emblema de la República Argentina, está sostenido por dos canes y timbrado de corona real. Fue utilizado como escudo por el Banco Crespo, radicado en la localidad cubana de Cabaiguán [56]. El municipio de La Habana cuenta con una de las representaciones más espectaculares en la llamada Quinta Canaria: el escudo isleño que remata la imponente portada de la Asociación Canaria Casa de Salud Nuestra Señora de Candelaria, timbrado de corona real [57].


La Zona Marítima de Canarias, creada en 1944, utilizó como emblema el escudo de Canarias con las siete islas puestas dos, dos, dos y una, en jefe el lema océano, timbrado de corona real y puesto sobre dos anclas en sotuer o aspa. Figura también en los escudos de distintas agrupaciones militares.

La nueva edición del Nobiliario de Canarias de Fernández de Béthencourt, publicada en cuatro tomos entre 1952 y 1967 llevaba, tanto en la tirada con cubiertas enteladas en azul como en la de piel roja, una hermosa versión del escudo tradicional de las islas grabado en oro [58].

 
Escudo de Canarias



La Comunidad Autónoma



La Comunidad Autónoma de Canarias cuenta con escudo oficial gracias a la ley orgánica 10/1982 del 10 de agosto sobre el Estatuto de Autonomía de Canarias.

El artículo sexto de dicho texto legal dispone: Canarias tiene escudo propio, cuya descripción es la siguiente: en campo de azur trae siete islas de plata bien ordenadas, dos, dos, dos y una esta última en punta. Como timbre una corona real de oro, surmontada de una cinta de plata con el lema «Océano» de sable y como soportes dos canes en su color encollarados.



Repostero con el escudo de Canarias
La nueva organización política del Archipiélago propició la proliferación de representaciones del emblema oficial. Las modernas técnicas de reproducción en serie uniformizaron los edificios públicos, los documentos y numerosos objetos relacionados con la nuevas instituciones de la Comunidad Autónoma. No todas sus expresiones tuvieron la calidad deseada e incluso se produjeron controversias a partir de interpretaciones desenfocadas sobre supuestos significados de los distintos elementos del emblema tradicional.



El escudo oficial de Canarias se incorporó al campo de los honores y distinciones autonómicas. Los Premios Canarias, creados en 1984, la Medalla de Oro de Canarias, de 1986, la orden Islas Canarias, de 2000, ostentan en sus diplomas, placas y medallas el emblema insular.

Las sedes de instituciones oficiales de la Comunidad Autónoma, como el Parlamento de Canarias o la hermosa casona que alberga al Consejo Consultivo, cuentan con reposteros y elementos decorativos en los que el emblema ideado para encabezar las Noticias de Viera ha cobrado nueva vida. La ampliación de edificio del Consejo Consultivo corona su fachada, en la calle Viana de la Laguna, con el escudo oficial. La sede del Gobierno de Canarias en Las Palmas de Gran Canaria ostenta, sobre la puerta de acceso desde la plaza Doctor Rafael O’Shanahan, un enorme escudo, obra del escultor Juan Antonio Giraldo, timbrado de corona real surmontada de la cinta con el lema Océano.


Consejo Consultivo de Canarias: Escudo de Canarias
El investigador José Hernández Moran ha aportado una reflexión erudita a partir de su interpretación del uso de los perros como soportes del escudo canario, sus conclusiones se acercaban a las de otro estudioso, José Antonio Cebrián Latasa, en el sentido de identificar los canes ofrecidos a Juba II como focas. Hernández Moran planteaba sustituir los tradicionales soportes por esos mamíferos marinos [59].


Don José de Viera y Clavijo proporcionó a sus paisanos en sus Noticias de la Historia General de las Islas de Canaria y en su Diccionario de Historia Natural de las Islas Canarias una auténtica enciclopedia, al modo ilustrado, del Archipiélago. La decisión de encabezar las Noticias con el escudo atribuido por los eruditos a las Islas contribuyó a que el modelo escogido fuera utilizado por las instituciones de ámbito canario y se convirtiera en el emblema de los isleños en otras latitudes.









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Placa y medalla del Consejo Consultivo de Canarias






NOTAS______________________________

[1] Este texto se ha redactado a partir de la conferencia Emblemas heráldicos de los ilustrados canarios, impartida en la Biblioteca Municipal de Santa Cruz de Tenerife el 24 de mayo de 2013 dentro del ciclo dedicado a Viera y Clavijo.

[2] Machado Fiesco [1974]: 135-167.

[3] Viera y Clavijo [1772-1783]: III, 523.

[4] Martínez Llorente [2002]: 47-79.

[5] Erbez Rodríguez [2007].

[6] Sánchez Badiola [2010].

[7] Viera y Clavijo [1772-1783]: III, 523.

[8]García-Mercadal y García-Loygorri [1995].

[9]Sánchez Prieto [2004]: 276.

[10] Viera y Clavijo [1772-1783]: II, 166.

[11] Menéndez-Pidal de Navascues [1982].

[12] AA VV [2000]: 176-177.

[13] Sánchez Badiola [2010]: 359.

[14] Martínez Llorente [2002]: 72. Lorenzo Arrocha [2002].

[15]Alonso Mayo [1964]: 641. Recogimiento de nobleza que tracta de los linajes de España... [Biblioteca del Monasterio de El Escorial, sig. h-11-21]  es un manuscrito del siglo XVII, donde en los folios 382-386 se citan y describen las armas de todos los dominios de los reyes de España: en él vemos curiosos blasones, como el del Reino de Islas y Tierra Firme, con escudo partido: primero, leopardo de oro, y segundo, un elefante de plata.

[16] Martínez Llorente [2002]: 72. Sánchez Badiola [2010]: 359.

[17] Machado Fiesco [1974]: 135-168

[18] Peraza de Ayala [1952-1967]: IV, 479-480.

[19] Gómez de Mora [1632].

[20] Machado Fiesco [1974]:167-168.

[21] Cacheda Barreiro [2006]: 391.

[22] Gómez de Mora [1632].

[23] Martínez Llorente [2002]: 73.

[24] Agradecemos al incansable investigador Don Juan Tous Meliá las imágenes que tan generosamente nos ha proporcionado de este manuscrito.

[25] Rodríguez de Monforte [1666].

[26] Tous Meliá [1994].

[27] Tous Meliá [1994]: 39.

[28] Tous Meliá [1996a]: 5.

[29] Tous Meliá [1996a]: 5.

[30] Quesada y Chaves [2007]: 308-309.

[31] Sánchez Badiola [2010]: 361

[32] Viera y Clavijo [1772-1783]: III, 523.

[33] Alonso Mayo [1964]: 617-665. Heráldica general y origen de la nobleza, por el cardenal y obispo de Augsburgo Otón Truchsess; dedicado a Felipe II; tres tomos.

[34] Hermand [2000].

[35] Herrera [1995].

[36] Real Cédula [1787]: 13.

[37] Gaviño de Franchy [2009]: 254-255.

[38] Gaviño de Franchy [2009]: 248, 254.

[39] Tous Meliá [1996b]: 46, 63.

[40] Hernández Gutiérrez [1990]: II, 648.

[41] Hernández Gutiérrez [1990]: II, 646.

[42] Darias Príncipe [2010]: 112-113.

[43] Guimerá Peraza [1991]: 375-376.

[44] Pinto y de la Rosa [1996].

[45] Fraga González [1993]: 21.

[46] Fraga González [1993]: 26.

[47] Webb [1835-1850].

[48] Zufiría [1840].

[49] Viera y Clavijo [1858-1863].

[50] Nougués Secall [1858], dibujada y tallada por Bona y Larrochette.

[51] Giménez Romera [1868]. Reproduce el modelo de Rodríguez de Monforte [1666], seguido por  Piferrer [1860]: lám. 6.

[52] Chil y Naranjo [1876-1880].

[53] Paluzie y Cantalozella [1867]: 104.

[54] Utrera Cabezas [1924].

[55] Reglamento [1906].

[56] López Isla y Vázquez Seara [1997]: 39.

[57] López Isla y Vázquez Seara [1997]: 54.

[58] Fernández de Béthencourt [1952-1967].

[59] Hernández Moran [1999]: 435-444.






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